Un lindo hotel metido entre árboles, río, y una playa con un agua cálida exquisita, lo único malo con tanta lluvia el agua del mar no estaba clara. Las camas para descansar estaban rodeadas de mosqueteros para los bichos. Olga, la dueña muy amorosa. Se puede visitar el aviario nacional en Baru para ver aves, recomendable.
Saludos
Giulietta
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis