La recepción pésima, más de 45 minutos para poder hacerla, desde ahí ya la sana distancia y normas nada, nadie separando personas que no hacen caso, o poniendo orden, cero información, nada amables las del check in, como roboticas o de plástico, el resto del personal en las otras áreas muy amable lastima porque la comida es tremendamente horrible, para reservar en el restaurante "top" italiano una odisea, llegas y es un triste lugar arcaico que quizá alguna vez tuvo buena pinta como el resto de muchas de las cosas del complejo, insolitamente te hacen vestirte " apropiadamente" llegue en bermuda de vestir ( no mezclilla) y camisa de vestir, me hicieron ponerme un pantalón para poder entrar, no importa si llegas con una camisa de voto x el pri pero si llegas en pantalón ya en su pobre concepto de formal estas bien , lo cual cae en lo ridículo x parte de su anticuado lugar, ya una vez adentro mi sorpresa los comensales en unas fachas ! Una señora con un short de mezclilla todo roto con una playera entre la que más llamó mi atención y lo peor la comida "Top" del restaurante italiano.....infame, carne dura ( cordero ) no me explico como carne de cordero puede estar dura, cuando es suave, casi x si sola, pedí un vino en especial ( malbec) botella. Me dijeron que no incluía en el precio o paquete, le dije que no importaba, se fue y regreso el mesero para decirme que solo había vino de la casa, un vino de mala muerte ! En nada justifica su obligatoria vestimenta "formal " y que me hicieran pasar por un mal momento que deberia darles vergüenza es ofensivo, discriminatorio, tonto, fuera de concepto, injustificable, y menos para un lugar tan decadente, la cancha de tenis no prenden la luz, y así puedo enumerar detalles y detalles. Lamentable experiencia, para tomar el riesgo de salir ante la pandemia , son una vergüenza, lástima por los empleados amables y que se esfuerzan por dar un servicio. Bienvenidos al 2021