Pocas veces uno tiene la suerte de poder conocer al chef y dueño del restaurant y tener una charla amena. Esto es normal en Limon, Sergio te recibe como si fueses invitado a su casa como un amigo, se siente un aire de hogar y comodidad, y a la vez se disfruta comida de gran nivel. Los mozos son super amables y hacen un trabajo excelente. Toda la experiencia vale la pena, no duden en visitar este lugar.
Volveremos!
Familia de Patagonia Argentina
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