Un lugar encantador para hospedarse en Salento, desde la llegada se siente el ambiente familiar, que se complementa excelente con las flores que adornan cada rincón y los elementos de decoración que dan un aire francés a la casona.
Bien ubicado, cerca al parque principal, a los restaurants y sobre la calle real, en donde se encuentran muchísimos cafés, tiendas de artesanías y las coloridas casas de salento.
Las habitaciones son limpias y cómodas, el desayuno es delicioso, cómo nos dijo Maria Elena (propietaria), “les ofrecemos un desayuno apropiado para iniciar el día”
Maria Elena con su amabilidad y simpatía aconseja los lugares a visitar y siempre entabla una buena conversación en la mañana. RECOMENDADÍSIMO