Una experiencia ampliamente satisfactoria y recomendable. Instalaciones privadas y muy bien cuidadas, con espacios que juegan entre el contacto con la naturaleza y un ambiente de Hacienda o finca. A unos cuantos kilómetros de Salento y Filandia. Nos dio más de lo que esperábamos. Jacuzzi, sauna y turco de cortesía. Una atención atenta de Cristian y el personal que conocimos.
Habitaciones cómodas y acogedoras. Mi habitación tenía balcón y con una vista increíble del paisaje del Quindío. Jardines muy bonitos. Hasta ganas de solo sentarse y quedarse a ver los pájaros volar pues nos tocó ver a muchos por las mañanas.
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis