Fuimos el fin de semana de San Valentín como escapada romántica. No pudimos reservar el spa porque estaba lleno, nos ofrecieron usarlo la mañana siguiente, y no lo cogimos. Al llegar la habitación, como otras veces que hemos ido, era moderna y acogedora. Revisamos la habitación, como habitualmente hacemos, y el secador, al encenderlo se quedó encendido de continuo estropeado, avisamos y cuando volvimos a la habitación habían comprado uno nuevo de buena calidad. Tuve que programar la tv, puesta en otra función. Lo realmente malo vino al llegar la noche. A las 11.45 horas empezamos a oir un ruido de aire, y pensamos que el vecino se le había estropeado también el secador, pero a los 20 minutos, ya sorprendidos empezamos a buscar de dónde venía el ruido, y era de nuestro cuarto de baño. El ventilador del extractor de olores del baño se había estropeado y encendido sólo sin dar la luz y funcionaba a toda velocidad como si no hubiera un mañana haciendo un ruido muy desagradable. Llamamos a recepción y nos dicen que el encargado de mantenimiento ya no está. Les comento que me parece lógico, pero que en la habitación hay un cuadro de luces, que ellos pueden tocarlo y a los mejor desconectar la electricidad de esa zona. Me comentan que ellos no pueden. Les digo que es lógico pero que no me parece normal pasar la noche entera con ese ruido. Silencio. Les pregunto si no tienen más habitaciones. No tenían. Les digo que si no pueden comprobar algo, me dicen que me llamarán y a los 20 minutos me dicen que han hecho comprobaciones y que no pueden hacer nada, nos ofrecen quedarnos hasta las 2 en vez de salir a las 12 de la habitación, pero eso no resolvía nada. Así que tuvimos el ruido hasta las 9 de la mañana del día siguiente. Al bajar a las 11, la recepcionista se sorprendió del incidente, que dijo desconocer. Ni noche romántica, ni spa, ni descanso.