Por motivos laborales mi esposo y yo tuvimos que permanecer cerca de un mes hospedados en las instalaciones del hotel, y hoy después de más de 20 días, lastimosamente ha llegado el momento de irnos. El trabajo de mi esposo implicar estar viajando a diferentes ciudades la mayor parte del año, por lo que para nosotros ya es normal "vivir" en un hotel, sin embargo, nuestra experiencia (la mía y la de mi esposo) en este hotel es algo que realmente me motiva a escribir una reseña. Creo que es la primera vez en mucho tiempo que siento nostalgia de dejar un lugar, y más un hotel, no obstante, el trato de su personal nos hace sentir como si estuviésemos dejando nuestra familia. Hay varios detalles por mejorar, la limpieza es buena pero podrían cuidar un poco más los pequeños detalles, la comida es sin lugar a dudas uno de los fuertes del lugar, creo que se especializan en pastas, y aunque su precio no es para comerlas todos los días, realmente amerita al menos probarlas un par de veces. La tarifa no es ni barata ni cara, para los servicios con los que cuenta el hotel yo diría que esta "bien". A mi edad (y no es que esté vieja) las piscinas, gimnasios y demás no son algo que me trasnochen, a menos claro que esté en un viaje de placer, sin embargo, debo decir que la terraza del hotel es muy comoda, excelente para leer un libro en las noches y no sentirse encerrado en la habitación. El personal del hotel en su gran mayoría fueron muy amables conmigo, en ocasiones era yo quien se sentía apenada, porque a mi llegada si entraba con paquetes o demás salían a ayudarme y a cargar todo lo que llevara. Quizás lo único que no extrañaré, es tener que entrar al hotel cuando había alguna reunión o evento, ya que la gente solía aglomerarse en el lobby siempre muy arreglada, y si quería bajar o algo me sentía algo incomoda entre tanta gente. Por demás diré que mi esposo y yo hemos encontrado un lugar al cual siempre llegar en la ciudad más caliente de Colombia.