....pero si se estan quedado en la posada chica - en la que me quedé yo, a la otra que es mas grande y queda doblando la esquina no fui - existe una caballeriza a dos metros de la pared de la habitación y los caballos hacen ruido toda la noche. El lugar eso si es acogedor y el dueño, Don Lauro, es una persona muy agradable y esmerada, gestiona bien los traslados. Dan frutas gratis. El Wi-fi es deficiente, pero creo que es un problema sin solución en toda Isabela.