La habitación que ofrecen es para minusválidos, totalmente inadecuada para personas sin minusvalías.
No dispone de armario, solo unos estantes sin puertas algunas en los que además se sitúan el tocador y el secador de pelo, a poca altura del suelo para que se accesible para persdonas con minusvalías.
La habitación no dispone de ventilación alguna, las ventanas no son practicables, por lo que siempre hay mal olor.
Todo está adaptado para minusválidos, perchas y toalleros casi a ras de suelo, lavabo muy bajo, sin bidé y sin bañera (solo ducha).
Desayuno muy pobre en cuanto a variedad.
El aire acondicionado solo funciona cuando la dirección lo considera conveniente.
Nos alojaron además en una habitación con escasa intimidad ya que estaba comunicada a través de una puerta con la habitación colindante.
La Wifi es de pago, cuando en casi toda la ciudad existe Wifi gratis.
En definitiva no aconsejo este hotel para nada, excepto por su ubicación cercana al centro, catedral y castillo.