Nos alojamos en mayo y una vez de vuelta hemos de decir que la elección de este hotel fue muy acertada. Esta situado a 5 minutos andando de la Central Line ( línea roja) con la que llegas al corazón de la ciudad en 30 minutos y sin transbordos, que no es mucho para las distancias que tiene Londres.
Las habitaciones son amplias, camas cómodas y con hervidor de agua para cafés o chocolate. El desayuno es fabuloso y puedes optar por el tipico desayuno británico además del clásico con tostadas o bollería.
Mención especial por su atención e interés para Francisca en recepción, una chica andaluza que nos facilitó nuestra estancia desde el primer minuto. Todo fueron atenciones por parte de ella. Agradable, simpática y muy atenta, nos hizo nuestra estancia muy grata y nos ayudó con sus consejos y recomendaciones. En el comedor conocimos a Macarena, otra chica del staff muy agradable y que estuvo en todo momento pendiente de nosotros. Solo podemos hablar bien del trato recibido al igual que de las instalaciones, modernas y muy limpias. Si volvemos a Londres este hotel será sin duda nuestra primera opción.Más
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