Hotel pequeño pero muy acogedor. Personal de recepción muy agradable. Habitaciones muy correctas, con camas muy cómodas y baños muy nuevos. Nosotros estuvimos en una tipo superior, que es más amplia que la stándard, y quedamos encantados (aunque nos consta que la clásica o stándard está muy bien ya que se alojaron unos amigo y la vimos). Desayuno muy correcto y personal muy atento. La localización nos pareció perfecta, a 100 metros de la plaza Pigalle con su boca de metro y con un ambiente bullicioso en fin de semana y más tranquilo en dias normales. El hotel no tiene nada que ver con los locales que están mucho más arriba (si no quieres, ni los ves), pero sí que tiene locales agradables en su alrededor y en las calles (muy bonitas) cercanas. Está muy cerca de la Ópera y de las Galerías Lafayette. Nuestra estancia fué muy agradable y lo recomiendo totalmente.Más
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