El Hollaender Hof es un edificio con mucho encanto y una ubicación increíble, justamente frente al Alte Brücke y frente al río. Las habitaciones son amplias, limpias y muy cómodas. La recepción nos atendió con gélida amabilidad, aunque -sin dudas- eficiente. Para conseguir estacionamiento hay que alejarse del centro (más vale tener un buen gps).Más
- Wi-Fi gratis
- Restaurante
- Visitar el sitio web del hotel