Lamentable gestión y calidad de evento. Celebramos unas bodas de oro. Nos encajaron en un salón, literalmente, que más bien parecía el pasillo del mismo. Dejaron la otra parte del salón, la más grande, para los usuarios del hotel. Gente entrando y saliendo en bañador, cero privacidad.
No pudimos recibir a los invitados porque no había espacio. Tal y como iban llegando, había que sentarse.
La comida, no fue ni digna de la peor tasca. Quitando el salmorejo, que bien podía ser de bote, nos sirvieron unas tortillitas de camarones refritisimas con aceite de a saber qué año, carne que era 90% pitraco 10% carne dura y sin sabor, pescado frío y seco, guarnición casi inexistente, y la tarta más fea que he comido en años. Absolutamente increíble, creo que es difícil hacerlo peor.
Para rematar, nos llevan a la zona de copas, en una zona vallada, literal con una cinta, en la misma cafetería de la entrada del hotel. Como un corralito con menos privacidad aún que en la comida. Y por si fuera poco todo esto, en silencio, sin música ni siquiera ambiental.
Pedimos hablar con los responsables. José Antonio, responsable del evento, desaparecido y no nos cogía ni el móvil ni respondía a los WhatsApp a pesar de estar en línea. Candi, la segunda al parecer de a bordo, se limitaba a decirnos "esto es lo que hay". Ana Belén, la chica de la barra a la q preguntamos si podía hacer algo por la música, nos dijo que hablaría con mantenimiento para traer un televisor. A la media hora volvemos a preguntar y es que "solo había una persona de mantenimiento", ni se digno a acercarse para decirnos que no lo harían. Los únicos que nos atendieron fueron los chicos de recepción, Elisa y Álvaro, a los que pedimos hablar con algún responsable y estuvieron intentando contactar con la que estaba supuestamente de guardia, una tal Ana, que tampoco se dignó a dar la cara.
En resumen, hoja de reclamaciones puesta, y empezaremos a comentarlo en todas las redes sociales toda la familia.
Hotel Playa Victoria arruinando momentos especiales, ni más ni menos que la celebración de 50 años de felicidad de dos personas.
Eso sí, cobrarte te cobran a precio de 4 estrellas.
Lamentable.