hemos pasado unos dias en san sebastian y recomiendo este restaurante llamado ubarrechena.una comida impresionante yo comi paella que estaba para chuparse los dedos y mi pareja potaje. de segundo yo pedi entrecot bueninimo y pollo al curry. de postre flan. al niño le pedimos un menu infantil de los tres que hay. la camarera que nos atendio muy atenta en todo momento. felicidades la los/as cocineros/as. volveremos

Fuimos de visita y despues de ver el acuario fuimos a dar una vueltita por el casco viejo que estaba todo a tope y nos llamaba la atencion dos menus de diferentes restaurantes y elegimos este y la verdad que muy recomendable!! ibamos 4 y 3 comieron pimientos rellenos q debian d estar buenos porq desaparecieron del plato rapido y yo una paellita de marisco, pero peazo plato, no me qejo! de segundo pescado y la verdad que muy rico!!! despues el postre!!! y me cogi una tarta de chocolate. q pa quien le guste el chocolate estara encantado aunq al final tanto... pero a mi es de las q me encanto!! para aquellos q no busquen ir de pinchos por el casco, este esta muy bien!!!

La comida la sirven muy rápido, pero por que los platos que pides lo recalientan en el microondas y lo sirven a la mesa directamente. Primero nos atendió una chica y pedimos una botella grande de agua, nos comunicó que no había y tras eso nos trajeron dos botellines pequeñas de agua. Tras observar las mesas de al lado que tenían botella de agua grande, sin pegatinas y claramente se veía que eran botellas llenadas del grifo directamente....pero conseguimos botella grande....Tras mirar el ticket nos quisieron cobrar los botellines pequeñas de agua. Hicimos la reclamación y no nos cobraron el agua....lo que faltaba era que cobraran el agua del grifo....La comida pesima calidad y los precios son exagerados y excesivos....Claramente UN ROBO PARA LA CARTERA.

Llegamos a San Sebastián bastante tarde y empezamos la búsqueda de algun restaurante. Este, ubicado estratégicamente en una esquia ofrecía uno de los menús más baratos y menos 'standard'. Comí muy bien, incluyendo un pastel de chocolate casero buenisimo, y el trato de la camarera fue especialmente agradable. Se trata de un local sin nada del otro mundo, pero muy bien acondicionado. En resumen, no volvimos a este restaurante durante nuestra estancia por no dejar de probar otros restaurantes, pero si hubieramos estado más tiempo, habríamos vuelto sin ninguna duda.