Ya había estado varias veces en el que está ubicado en la calle Cano pero esta fue la primera vez que visitaba este, ubicado en la calle Ruiz de Alda.
Era un sábado por la mañana y estaba bastante lleno pero no tuvimos que esperar mucho para encontrar mesa.
La comida no nos defraudó, el mejor sitio para desayunar o hacer brunch en la ciudad.
No le pongo 5 puntos porque uno de los camareros fue muy maleducado. Habíamos pedido una de las tostas y como sabía que podía confundirse con otras, detallé todos los ingredientes para que quedase claro. Cuando me la sirvieron faltaba el huevo, lo comuniqué y cual fue mi sorpresa que el camarero me culpó a mi y de forma grosera, según él no lo especifiqué, cosa que me dejó a cuadros, porque ni él fue el camarero que nos tomó nota y en este caso fuí precavida de detallar los ingredientes de forma consciente. Lo de menos es el error, lo que me dejó impactada como alguien que trabaja cara al público trata a los clientes de esa forma.
El resto del personal tengo que recalcar que fue excelente, lástima que este restaurante tenga a este tipo de persona trabajando en su equipo.