Hotel ubicado en las afueras de Toledo pero con vistas previlegiadas del casco antiguo.
Muy tranquilo, acogedor, silencioso, y rodeado de jardines.
La habitacion que nos toco (211) realmente fantastica, pudimos disfrutar de su terraza con gran comodidad y tranquilidad.
Amplia, comoda, limpia y descansamos muy bien.
El parking es gratuito y ademas muy amplio.
El desayuno muy bien con sus croissants gigantes.
No encendimos la television porque valia la pena disftutar del silencio.
El baño se nota que tiene algunos años pero muy limpio y correcto.
La critica constructiva es que deberian disponer de frigobar ya que hoy dia todos los hoteles lo ofrecen.
Lo mejor las vistas, la tranquilidad , la piscina, los jardines , el silencio...
Apagamos el aire acondicionado porque hacia ruido y molestaba un poco , eso no fue un problama porque la noche era muy agradable y dormimos con la ventana abierta de par en par ....precioso, nos sentimos como en casa.
Volveremos seguro.