Una de las peores experiencias de trato y mala gestión que he sufrido nunca en un restaurante. Grupo familiar de 30 personas para cenar en Nochebuena y 22 para comer en Navidad. Reservas hechas desde más de un mes, menús acordados y precio cerrado. Al llegar en Nochebuena, los camareros nos dicen de muy malas formas que subamos rápido al comedor que ellos tb tienen que cenar. Los malos modos , y caras de desagrado afortunadamente fueron mejorando a medida que transcurria la cena. Entiendo que no es fácil tener trabajar en Nochebuena, pero si no se va ha tratar al cliente con un mínimo de respeto, más valdría no aceptar estas reservas.
El colmo fue la comida de Navidad. Después de un rato sentados, habiendo empezado picotear el pan y con algunas bebidas ya servidas, una camarera de pelo muy corto y con unos modos que no he visto jamás en ningún otro profesional de la hostelería, nos grita que nos tenemos que levantar. Que en esa mesa va otro grupo de 31 personas. Le hacemos ver de forma muy educada que en la mesa solo hay espacio para 22 (nuestro numero), pero le preguntamos que cual es nuestra mesa entonces. Se va sin responder, de muy malos modos. Siguen subiendo bebidas, nos grita de nuevo...nos dice que hay un problema. sin admitirlo claramente es obvio que hay dos reservas de grupos numerosos. Despues de 40 minutos empiezan a tomar nota de los segundos (incluidos en el menú), para despues decirnos abruptamente que solo servirán una de las opciones del menú habiamos cerrado.
Hago constar que el camarero que atendió nuestra mesa el dia de Navidad fue muy agradable y puso la mejor cara a una situación lamentable provocada por su jefa.
Recomendable no ir.