La carta, la elaboración, sabor y calidad perfecto pero ... para los precios del restaurante se espera un buen servicio, y este nos hizo en algunos momentos sentir vergüenza ajena, me explico:
El camarero en realidad no nos sugirió nada ni nos tomó nota de bebidas, finalmente entre otras se pidió una COPA de vino blanco, no nos preguntaron qué tipo de blanco ni nada, trajeron una botella entera y la metieron en la cubitera junto a nuestra mesa. Entonces pensamos que nos tomaríamos la botella y ya, nada de copas y como no nos servían ni preguntaban nos servimos nosotros. Al rato, otra mesa debió pedir una copa, con lo que el camarero vino, se llevó la botella, les servió una copa y la devolvió a nuestra cubitera. Tanto nosotros como los de la otra mesa nos quedamos alucinados.
Tuvimos problemas cuando preguntamos si tenían cambiador de bebé, pusieron muy muy malas caras y se pusieron a discutir entre ellos y finalmente dijeron que era un lio etc etc, así que no pudimos cambiarle.
Nunca hubo sugerencias de platos ni nada, y al final pedimos un postre pero tampoco nos preguntamos por café, durante un rato tuvimos que perseguir al camarero, supongo que lo que quiere este restaurante es vender pero con camareros así, ciertamente desmotivados... lo van a tener difícil.
Pero repito, los platos geniales, sobretodo el solomillo de foie ...