Hola! Fuimos a comer con buenas referencias de este sitio, pero ya de entrada nos resultó molesto el ambiente, música alta y comensales hablando muy muy alto, no podíamos hablar entre nosotros sin tener que "gritar".
El espacio me resultó agobiante, pese a estar semi al aire y con mamparas de separación entre algunas mesas, se debería reducir mucho más el aforo. Permiten reservar a grupos de más de 6 en varias mesas que colocan al lado, separadas únicamente por una mampara (o cubitera) lo que provoca que se incremente el ruido ya que los comensales hablan más alto de lo habitual para dirigirse de una mesa a otra.
En cuanto a la comida, que es a lo que venimos, la calidad del producto es baja respecto al precio que tiene. Tenía muchísimas ganas de tomar unas vieiras gratinadas (llevo sin ir a Galicia unos meses) y por 10€/ud tendrían que haber estado de escándalo, pero no. Por otro lado, el pan lo sirven en una bolsita muy mona que supongo desinfectarán cuando retiran de cada mesa y antes de volver a introducir nuevas raciones para otros comensales...
Por supuesto, ningún comensal respetaba la nueva normativa Covid en locales respecto al uso de mascarilla, se debe retirar únicamente durante la ingesta de alimentos o a la hora de beber, no es responsabilidad del local si los clientes cumplen (o sí?) pero tal vez deberían recordarlo.
Es una pena pero no repetiré y tampoco lo recomendaré.