Nos encontramos la terraza de este bar por casualidad, encontramos una mesita donde un señor nos atendió muy amablemente, el trato fue inmejorable, con mucho cuidado y cariño. Nos comentó que no nos preocuparamos por las tapas porque las ponían ellos, pero que si queríamos algo más también podría hacernos una pulguita. Se preocupó de las intolerancias alimenticias y gustos. Solo estuvimos una cerveza con una tapida de endivias rellenas pero volveremos pronto seguro.

Aterricé a la hora de desayunar. Full. Los desayunos, buenos, servidos prontamente.y con amabilidad.El servicio atento.En la zona hay mucha competencia. No destaca especialmente, en el tema desayunos.

Pedimos un tercio de Guinness (no nos ofrecieron vaso ) y una Paulaner de barril y la Paulaner estaba ácida ¿? (el vaso además sucio). El aperitivo... un mini vaso con tres patatas fritas. Patético.