Estuvimos, el día 1 de noviembre, comiendo unos cuantos amigos en la terraza de esta hamburguesería y la verdad es que todos salimos muy, muy satisfechos.
Fuimos 8 adultos y 5 niños (algunos no tan niños ya) y todos vivimos en Las Tablas pero no habíamos ido nunca a comer a este restaurante a pesar de que lo tenemos a 10 minutos andando. Al ser tantos tuvimos que sentarnos en tres mesas para poder respetar las normas establecidas para luchar contra el Covid 19.
Para empezar, la atención del personal fue francamente agradable, tanto por la corrección de los camareros en el servicio como por el buen talante a la hora de tomar los pedidos y eso que al camarero le bombardeamos un poco a preguntas. Que si esto pica o no pica; que si lleva esto o aquello; que a mi me quite el queso; que la quiero poco hecha; ¿puede ponerme también bacon?. En fin, lo típico siendo tantos y no teniendo las cosas claras debido a que sobre la carta todo parece muy apetecible y uno no sabe qué pedir.
El servicio fue bastante rápido y todo, absolutamente todo lo que tomamos, croquetas, tacos de carrillera, tacos de pollo, aros de cebolla, varios tipos de hamburguesas, costillas, entrecot, tarta de zanahoria, tarta de queso y muerte de chocolate, estaba muy bueno. Algunos de los platos dignos de mención porque estaban para haber rebañado el plato con pan. Las costillas, de las mejores que he comido y en mi caso, la hamburguesa Cowboy (poco hecha) tenía un sabor sensacional. Y no digo nada de los tacos de carrillera ibérica, que fueron un gran descubrimiento. Y qué decir de los postres. La tarta de queso con mermelada estaba para chuparse los dedos y la de zanahoria, que a mí no me suele llamar la atención, acabé atacándola con ansia. Para los amantes del chocolate la muerte de chocolate no les dejará indiferente.
Las raciones de buen tamaño y el precio, en mi opinión, adecuado.
Resumiendo, un gran restaurante con un excelente servicio al que, viviendo tan cerca, habrá que hacer alguna que otra visita.
Saludos,