No pudimos ir a comer al sitio que teníamos pensado así que dando vueltas nos encontramos con este bar restaurante. Por fuera se ve un bar típico y por dentro bastante normalito aunque yo les recomendaría que cambiaran las cartas porque al estar plastificadas están súper sucias y da un poco de cosa cogerlas, además de poner papel higiénico en los aseos. Nuestra sorpresa fue el servicio y la comida. El camarero que nos atendió (creo que era cubano) era muy atento y agradable. Rapidez en el servicio y muy buen trato. Tenían menú del día a unos 10€ pero al final decidimos pedir platos combinados y bocadillos. El bocadillo era casi una barra entera y los platos combinados ya los veis en las fotos. A cual más rico!! La carne en su punto, las patatas fritas CASERAS, cosa que se agradece bastante... En resumen, las apariencias engañan. Cuando ves el sitio no te imaginas que vas a tener un trato y una comida tan rica. Mis felicitaciones a la cocinera y al camarero!