Es para dedicarle un rato, cuando tienes esa suerte (suele estar cerrada a cal y canto) y... Más información
Es para dedicarle un rato, cuando tienes esa suerte (suele estar cerrada a cal y canto) y... Más información
Está dentro de la catedral. Hay poca información a menos que lleves alguna guía. Se trata de lo más... Más información
Así llaman los murcianos a esta maravillosa capilla, añadida a la catedral de Murcia a principios del siglo XVI, por Pedro Fajardo, Marqués de los Vélez.
La capilla es digna de admirar tanto por su interior como por su exterior.
La capilla está compuesta en su interior por finas baquetas dispuestas verticalmente, series de arquillos en frisos superpuestos, balcones enriquecidos con caireles, escudos, elementos vegetales, almenas, escamas. La capilla se encuentra cubierta por una bóveda estrellada absolutamente maravillosa.
El exterior luce una rica decoración formada por ventanales, blasones y el escudo de los fundadores, así como una maravillosa cadena que rodea la capilla.
En Murcia se cuenta la leyenda de la cadena. Esta representación escultórica representa el linaje y el poder adquirido por la familia Fajardo.
Cuenta la leyenda que esta cadena, compuesta por 90 eslabones, fue construida por un mendigo que vino a la ciudad de Murcia en el 1500. El mendigo aseguró ser escultor, y ofreció realizar la escultura en la capilla a cambio de asilo y alimento. El Marqués de Vélez amenazó al hombre con la muerte de no gustarle el resultado. La obra fue finalizada en 1507 y tanto el Marqués como el obispo quedaron maravillados con el trabajo realizado por el mendigo, que fue apodado como “El Cadenero”.
Un día el hombre decidió marcharse de la ciudad, lo que provocó que el noble, receloso de que el mendigo hiciera obras similares en otros lugares, mandara arrancarle los ojos, cortarle las manos y su posterior encierro en prisión. Con ello, el Marqués se aseguró tener una obra de arte única.