Fui a esta tasca japonesa por primera vez con cierto respeto porque no soy de sushi ni pescado crudo.¿Cual fue mi sorpresa? Que no probamos sushi ni pescado crudo.
Estuvimos sentados en unos espacios aislados del resto de clientes,ventanas transparentes que te permiten ver en todo momento como elaboran en cocina los platos.Cada plato es explicado,sus ingredientes y como degustarlo.
Por un momento tu mente desconecta mientras disfrutas de una buena cerveza japonesa.
Los dorayakis de postre espectaculares!!También las vainas de soja con el aceite de sesamo,la hamburguesa-su carne tierna y deliciosa-,unas bolas con pulpo( no recuerdo el nombre japonés)
Muy recomendable,yo ya he repetido y todo...