Mi pareja y yo elegimos este hotel por su disponibilidad, por ser céntrico, aceptación de mascotas y porque prometía trato especial con ellos. De precio no era especialmente caro, por lo que nos decidimos por este hotel. Nos gustó, el estupendo trato que recibimos por parte del personal de recepción del hotel, especialmente por la señorita que nos atendió (desgraciadamente no recordamos su nombre), la cuál nos ofreció una estupenda habitación, superior a la que teníamos escogida inicialmente. La habitación nos gustó por su luminosidad, limpieza, decoración, una gran pantalla moderna de TV, estanterías y mobiliario cómodo para dejar los enseres y abrigos, con la clásica neverita, caja fuerte. La iluminación artificial, en forma de distintos focos controlables de forma independiente, me gustó mucho, porque puedes acondicionar a tu gusto el tipo de iluminación que más se adapte a ti. Esto también me gustó en el cuarto de baño, con su luz indirecta por detrás del espejo y techo (además de la luz de focos independientes). EL baño lo encontré de un tamaño aceptable, bien organizado, con todo lo necesario como secador de pelo, jabones con cantidad más que suficiente y agradables (en forma de geles), toallas en buenas condiciones y limpias, bien presentadas. La ducha me gustó por lo espaciosa y cómoda. Las llaves del grifo muy fácilmente regulables para obtener la temperatura del agua que se desee. El agua caliente sale muy rápido. Todo en buenas condiciones, y con los cómodos expendedores de los geles (gel de ducha, champú y acondicionador). Por último, nuestra habitación disponía de una terraza exterior muy agradable, espaciosa, con su toldo extensible eléctricamente, con suelo de madera, su mesita y dos sillas, perfecto para pasar un ratito agradable a cielo despejado. El trato de recepción nos pareció excelente, ya que nos resolvieron un pequeño problema técnico rápidamente, y con mucha amabilidad, al igual que el técnico que resolvió la incidencia de forma muy eficaz.