En general todo ha ido muy bien, la ambientación es de un bar español, pero a la japonesa, local pequeño pero agradable. No hacen reservas, por lo que hay que ir temprano.
Pedimos tartar de salmón, me encantó, la calidad del salmón muy buena, muy buen sabor y combinación. Los makis de atún y pepino también estaban deliciosos, el pescado de buena calidad. Luego pedimos okonomiyaki (tortilla japonesa) y takoyaki (bolas de pulpo), lo primero que pensé al comerlas es que ya las había comido en otro sitio iguales y el okonomiyaki, sabía igual que el takoyaki, me pareció curioso.
También pedimos unos noodles frios con carne y pepino, con miso, muy buenos también.
Algunos detalles que no me gustaron: la carta estaba pegajosa y manchada. A algunos platos le ponen lechuga, que lo veo innecesario y jengibre encurtido en demasiada cantidad (más que nada, es porque luego ¿qué hacen con él?). Por otro lado, si eres novato, verás un montón de nombres que no sabes lo que son en la carta, deberían mejorar ésto añadiendo unas fotos o una mejor explicación.