Realmente pasamos momentos increíbles en Amalfi en donde el Hotel fue un complemento ideal para que el viaje resultara genial.
Llegamos con mucho adelanto al horario del check in, y no sólo nos fueron a buscar a la terminal del micro para cargar el equipaje sino que ya estaba preparada la habitación por lo que pudimos acomodarnos a las 9 am. Nos ofrecieron desayunar sin costo alguno y nos brindaron desde ese instante una atención personalizada que nos conquistó.
El hotel ocupa dos pisos de un edificio general (1ro. Y 3er.piso) y tiene acceso a una terraza con vista al Duomo y al mar en el 4to. Piso que es de acceso libre durante todo el dia.
El desayuno, variado y de primera calidad, se puede tomar en un pequeño y cálido comedor o tiene bandejas a disposición para poder armar el desayuno y disfrutarlo en mesas bajo una pérgola en la terraza.
Nos brindaron información detallada sobre paseos y en nuestro caso que nos gusta el trekking, pudimos hacer el Sendero de los dioses, un paseo de más de 3 horas en la ladera de la montaña y con vistas únicas.
La habitación era muy amplia y luminosa, el baño cómodo y todas las instalaciones estaban muy bien cuidadas y con detalles cálidos.
Los dueños, Gabriella y Gennaro, estaban en la recepcíon que sumado al resto del personal del hotel, estaban atentos a cada huésped y a cada requerimiento con ameno trato y sincero, la calidad de la atención fue increíble.
Por todo esto, el hotel es super recomendable y su ubicación excelente.