Es la opción perfecta de alojamiento para visitar Nápoles. Por su magnifica ubicación, Por sus vistas al Golfo de Nápoles. Por su cercanía a los restaurantes, tanto del Borgo Marinari como de la Vía Santa Lucia. Por el agradable paseo al Mollo Beverello, de donde parten los barcos para Capri y el resto de islas. Por su cercanía a la Plaza del Plebiscito, punto de arranque de toda visita a Nápoles. Por su accesibilidad a las tiendas elegantes de Via Calabritto y Chiaia. Pero especialmente por las atenciones y amabilidad de su personal.
En los siete días en que hemos estado alojados las consideraciones, cortesía y respeto de todo su personal fueron extraordinarios.
Pese a su más de un siglo de existencia, sus instalaciones han sido renovadas y cuenta con todos los elementos de un hotel moderno.
La habitación es amplia y cómoda, con unas vistas excepcionales sobre el Castillo del Ovo. El wifi, incluido en el precio, funciona perfectamente. El restaurante en la planta superior es excelente pero algo caro, aunque existen en los alrededores muy buenas opciones gastronómicas y a precios mas asequibles. El bar, en la última planta, también es un lugar muy agradable. El buffet del desayuno, servido en el salón de la planta primera, es excelente con un surtido de viandas amplio y de calidad, atendido por un personal amabilísimo, que esta pendiente en todo momento de los clientes pero sin llegar a agobiarlos.
Por todo ello, en mi opinión, el es Hotel ideal para disfrutar de la ciudad de Nápoles.