La elección fue un acierto, especialmente por su ubicación junto a la estación, ya que íbamos a coger tren prácticamente todos los días. La habitación era silenciosa para lo ruidosa que es la plaza y la cama grande y cómoda, así que descansamos bien. El desayuno bien también. No le pongo los cinco puntos porque, al menos a nuestra habitación le falta un poquito de mantenimiento en mobiliario y pintura, sólo cuestión de estética. Volveríamos.Más
- Wi-Fi gratis
- Servicio a la habitación