Pasamos unas deliciosas vacaciones en este Histò que desprende una elegancia serena. Las cenas en el patio central con luces ténues en las mesas, el somelier super agradable, aconsejándonos los vinos del país más adecuados al menú. Los desayunos muy variados en el comedor, con unas magníficas mantelerías y vajillas de lujo. La comida junto a la piscina, unos menús ligeros para poder continuar tomando el sol o hacer la siesta en unas estupendas camas al borde de la piscina. Y las habitaciones espaciosas, modernas, con mucha luz natural y el baño con varios tipos de ducha, todo absolutamente todo, confortable y muy pero que muy agradable. El SPA de reyes.Más
- Wi-Fi gratis