Es un hotel ideal para conocer Siena y hacer base para recorrer La Toscana.
La dueña encantadora, al igual que todo el personal. Mención especial para Giorgina, joven pasante simpatiquísima, conocedora de idiomas y que todas las mañanas nos servía el desayuno.
El lugar es ideal para descansar. Solo se escuchan los grillos.
Imprescindible tener auto.
El jardín, la pileta y la pérgola las recordaré por siempre.
Nuestra habitación era de las más baratas, ubicada en la planta baja pero con todo lo necesario. Inclusive con una cocina a disposición de los huéspedes de ese piso, la cual utilizamos para cocinar unas pastas espectaculares.
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis