Sitio encantador, llegamos a las 22:00, y pensábamos que no nos atenderían por ser “tan tarde” ya que en Portugal suelen tener otro horario de comidas y cenas, y al contrario el chico que nos atendió súper amable, nos ofreció una carta en Español y hizo por que nosotros entendieramos lo que estábamos pidiendo, nos asesoró genial en el vino. Para cenar pedimos los Baos, que fue una explosión de sabores brutal, muy recomendable, y que aconsejo que lo pidáis sin duda, y el entrecot, que lo sirvieron con arroz y es un verdadero espectáculo. El postre no recuerdo el nombre, pero un bocadito que no te puedes perder. Sin duda alguna Tema calidad/precio son un 10/10 .