Nos alojamos dos noches, el edificio es bellísimo y la situación inmejorable. La habitación no era grande pero la cama sí, muy cómoda. El baño no da lugar a mucha intimidad. Nos encantó la piscina exterior, sería perfecta si de vez en cuando se acercasen los camareros para ofrecer bebidas porque es un poco rollo entrar hasta el bar ya que está bastante , hay que vestirse,...
Lo que no me gustó: cuando llegamos el parking estaba lleno así que nos mandaron a uno cercano por 24 h a 6 € ( una ganga) , supuestamente pasado ese tiempo tendríamos que sacarlo y dejarlo en el del hotel o volver al mismo. Al día siguiente salimos apurados de la piscina al dar la hora y cuando vamos a comprar otro ticket para otras 24 horas resulta que había la opción de 48 horas y no nos lo habían comentado! Tuvimos que salir de la piscina en lo mejor para mover el coche del parking , salir de éste, ir a dar la vuelta lejos y pagar 12 € por esas nuevas 24 horas. Evidentemente de saberlo hubiésemos pillado el ticket de 48 horas.
La otra cosa que no me gustó nada es que el zumo de naranja es de bote.