La ubicación es muy buena, en una zona tranquila. Nos dieron una habitación triple enorme, con zona de estar, baño, habitación principal y la cama individual en una habitación aparte. Además teníamos terraza con vistas ( habitación 41 en el último piso). El baño es antiguo,el ascensor y otros detalles pero no es un hotel al uso y creo que tiene cierto encanto. El desayuno para mi gusto bastante escaso, el zumo es de polvos y agua ( es una pena porque no cuesta nada ponerlo de cartón y la mejora es significativa). La atención del personal,buena.