Hotel acogedor y céntrico con todos los servicios y detalles necesarios para pasar una gran estancia. El dueño, Rubén, es de esas personas que marcan la diferencia, capaz de hacer de algo bueno algo excepcional. Su fuerte son los desayunos y cenas, la calidad del producto y el detalle que ponen en la elaboración son dignos de cualquiera de los buenos restaurantes que hay por la zona, o incluso mejor. Sin dejar de lado la amabilidad en el trato y lo accesible que es durante toda la estancia, disponible en cualquier momento para recomendaciones de sitios de interés, rutas, restaurantes.. conoce la zona a la perfección y te guía con acierto en lo que quieras hacer. ¡Gracias Rubén por todo! Un placer conoceros y lo recomendamos al 100%.