Este hotel tiene cosas buenas y solamente le hemos encontrado algún pero.
A favor:
- Hotel nuevo y buenas instalaciones.
- Habitación amplia y detalles como una botella de agua y baklavas.
- Cerca del metro. En 10-15 minutos estás en Syntagma o Acrópolis, o en Omonia tienes acceso a la otra línea de metro.
- Desayuno completo (cereales, café, pasteles, fruta, comida salada como huevos, queso...).
- La atención en recepción es excelente.
- Tiene piscina, que aunque pequeña hace su función y las vistas a la Acrópolis son bonitas tanto de día como de noche.
- Pese a que otros comentarios señalan que el barrio es peligroso, nosotros no hemos tenido ningún problema ni de día ni de noche (del metro al hotel y al revés y en algunas calles de alrededor).
En contra:
- La ubicación. Es un hotel nuevo de 4 estrellas ubicado en un barrio humilde. Las calles y edificios de alrededor están viejos y algunos incluso abandonados, lo cual da mala imagen al turista. De todos modos no es de extrañar debido a la crisis que sufre el país.
- El zumo del desayuno, aunque a su favor hay que decir que en la máquina pone 'sabor a naranja' y no 'zumo de naranja'. Es agua 'con sabor a', y se nota la diferencia.
- El baño era muy pequeño y había que ir con mucho cuidado a la hora de ducharse para no llenarlo todo de agua. También le haría falta un retoque a las juntas de las baldosas.
- Cojines muy duros.
- Falta de organización en los camareros de la terraza. Tardan mucho en venir (si es que se acuerdan, y eso que había pocas mesas que atender) y lo mismo a la hora de servir.
Si mejoraran cuatro detalles sería más justo pagar los más de 100€ la noche, aunque repito que el hotel, en general, está muy bien.