El Sandhotel está en una céntrica calle de Reykjavik, una de las más animadas con tiendas, cafés, etc... A pesar de ello, se disfruta de una tranquilidad y una calma que realmente es lo que buscas en un hotel, poder descansar después de largos días de excitante aventuras por Islandia. Y para ello las habitaciones son ideales, espaciosas y cómodas.
Estuve en dos habitaciones distintas, pues mi estancia fue partida, y las dos fueron excelentes. Con enormes ventanales al exterior, enorme y cómoda cama, enorme tv, un baño espacioso y rincones para colgar la ropa, con mini nevera y facilidades para hacerte tés, etc...
El personal de recepción muy amable, se equivocaron al cobrarme de más en una parte de la estancia, pero lo resolvieron con eficiencia.
Lo mejor, además de la excelente ubicación y el diseño moderno y elegante, fue sin duda el desayuno. Sencillo, básico, pero sin duda muy completo y variado. Reponían constantemente los panes y bollos, los skyrs y chupitos energéticos, café, zumos, jamón, salmón, había de todo y realmente muy sabroso y muy bonito presentado...!
Muy buena opción para descansar con estilo en la ciudad