El edificio que alberga la Hospedería está situado junto al rio. La habitación doble superior que ocupamos era muy amplia y muy bien equipada. El baño también muy grande, con ducha muy amplia y confortable. Sin embargo el agua fría salía con un ligero tono y como con algún residuo. El colchón en mi opinión algo duro y la almohada excesivamente fina y blanda.
El menú de la cena incluido en la media pensión era variado, cambiaba de un día para otro y con una calidad ajustada. De los platos que probamos el mejor fueron las carrilleras de cerdo. Perfectas de punto y estupendas de sabor. Sin embargo la merluza al horno no alcanzaba la calidad mínima exigible. Prácticamente incomible. Debimos devolverlo.
El desayuno buffet sin ser escaso, la cantidad y variedad no era excesiva. Desgraciadamente tengo que hacerle la misma crítica que ya he realizado en alguna otra Hospedería de Extremadura. No es de recibo que un establecimiento que pretende, y en gran parte consigue, potenciar el turismo en Extremadura y promover y fijar la marca Extremadura, el buffet no incluya productos de la tierra. En la bollería echamos de menos que no hubiera perrunillas o roscas de alfajor. Las mermelada eran las comerciales estándar. Ni mermelada de cerezas o higos, por ejemplo. Y sobre todo, en Extremadura no se puede poner un jamón de bodega de tan baja calidad como el que se sirve en este buffet.
Tiene unos jardines y una piscina que en temporada deben ser muy agradables.
Esta Hospedería ocupa un lugar privilegiado en Jerte y ofrece una relación calidad/precio muy interesante. El servicio tanto de recepción como en el comedor extraordinariamente amable y profesional. Si se cuidaran un poco más algunos detalles subiría significativamente la puntuación.

Estuvimos sólo dos días en septiembre, la estancia del hotel muy tranquila, tal vez por el mes que era.
Muy limpio, amplio salón y luminoso, buena comida y bien presentados los platos.
Pero lo mejor de todo su personal, muy atentos y simpáticos, en especial mencionar a Sandra que nos atendió muy bien.
Desde luego volveremos, gracias a todos.

Un hotel precioso, ubicado en un lugar bonito. El recepcionista de la mañana que nos tocó en los días de alojamiento un encanto, servicial, amable,y dando respuesta a todo. El resto del personal también muy agradables. El desayuno escaso no hay gran variedad pero suficiente para unos días. Lo única pega es que el primer tramo de escalera para subir hacia las habitaciones desde recepción, olía a pis todos los días. Pero sin duda no por eso dejaría de recomendarlo.