El hotel es bello, la decoración es espectacular, la pileta, la terraza al mar, todo es hermoso. El inconveniente lo encontramos en las distancias, la gente mayor tendría que ubicarse cerca de la zona de piletas y no caminar 3 cuadras subiendo y bajando escaleras. Tienen unos mini autitos que utilizamos un día de lluvia pero no bajan y suben escaleras.Tendrían que avisar a las personas sobre estas incomodidades. Me resultó bastante aburrido por el silencio a toda hora, una fondo mínimo musical en la cena, en el bar, en algún lado tendrían que agregar. Cabe destacar la excelente y desinteresada atención de dos personas entre el personal, como la srta Antonella Saja con el dominio de nuestro idioma y muchos otros, quien nos dió una grata bienvenida y solucionó problemas serios con nuestros pasajes, por otra parte quiero nombrar al sr. Francisco Schittino que con su encantadora personalidad y calidez nos atendió durante toda nuestra estadía en el hotel haciéndonos sentir muy cómodos y con ganas de regresar. Nombro a estas personas que se destacaron entre todos los hoteles visitados durante reiterados años de viajes, lo cual insisto que no suele ser habitual, solo personas que trabajan con mucho amor a lo que hacen por lo cual nos retiramos despues de 6 días muy conformes y agradecidos.