La palabra paraíso se queda corta para describir la belleza de este hermoso lugar, pasamos unos días inolvidables acompañados por la magnificencia de la naturaleza. Las instalaciones son hermosas, el personal siempre está dispuesto a ayudar y es sumamente amable, la sazón de las señoras de la cocina hace que cada plato sea una explosión de sabores y aromas. Cada actividad que hicimos nos robó sonrisas y lágrimas de alegría, este es un lugar al que todos deberían venir al menos una vez en su vida.
Espero poder regresar cada año, me llevo a Mapara y el Pacífico en mi corazón.
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