Estuve tres noches en el hotel, me tocó una habitación al frente con una fantástica vista de la plaza y alrededores.
La habitación correcta, cama cómoda, no tiene aire acondicionado pero tenía un ventilador de techo y con eso alcanzó muy bien, de hecho había momentos que tenía frío siendo pleno febrero.
El baño correcto, se nota que lo renovaron hace ya unos años, pero mientras todo funcione y uno pueda darse una ducha caliente, a mí me alcanza.
En el debe estuvieron sin dudas que las habitaciones no tienen frigobar o una heladerita de cortesía. Estar en la habitación o levantarse en medio de la noche y no tener la posibilidad de tomar algo fresco, más en verano, me parece que es un punto a mejorar.
Por protocolos covid había que desayunar en la habitación y esto fue lo peor de todo. El desayuno consistía de un café con leche (no ofrecieron otras opciones) con dos medialunas de calidad bastante pobre y dosrebanadas de pan lactal tostado (en mi caso, casi quemadas) acompañados por una manteca, un queso untable y un dulce de leche. Ni un juguito de naranja, ni un vasito de agua, otras opciones de desayuno como algunas frutas o algún fiambre. La verdad, terminé yendo a desayunar afuera, porque en este punto fue realmente flojo.Más
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