Si llegaste a Tolar, ya disfrutaste de las inmensidades de los salares, de las soledades y los colores de la puna, las inclemencias de la altura.
Este es un buen lugar para el descanso en este pueblo alejado y mágico. Las camas y el baño son muuuy buenos.
El lugar muy cálido. Una pena es que a pesar de ser bastante nuevo, miestra signos de deterioro que sería necesario subsanar antes de que sea demasiado tarde....

Nos alojamos dos dias, todo estuvo tal cual se esperaba, el desayuno autoservice, sinple pero con todo lo necesario, fue una grata sorpresa. Recomendable, desde Tolar Grande visitamos La Casualidad y Caipe y por supuesto el cono de Arita

Es una hostería municipal con pocas habitaciones.
Las habitaciones limpias y muy bien en estado general. Tienen baño privado con ducha y buen caudal de agua caliente. Toallas limpias. Jabón, champú y crema enjuague disponibles.
No tiene servicio de desayuno pero sí hay en un área para uso común donde se puede encontrar cafetera, pava eléctrica, te, azúcar, como para que pueda prepararse una mismo una infusión. En el mismo espacio está la vajilla necesaria y una bacha para la limpieza de tazas y vasos.
Junto con el Refugio municipal, son las dos opciones para alojarse en Tolar, de lo contrario existen muchas casas de familia que brindan alojamiento.
Está atendida por Inés que es muy atenta y se reparte entre la hostería y el refugio,