A parte de comer estupendamente, cocina "cassolana", variedad al gusto de todos, servicio impecable y atento. Tengo que añadir que, en pleno mes de agosto, tuvieron la amabilidad de ubicar a dos perritos (dos carlinos) en un lugar a la sombra en un corral tranquilo, lo que nos permitió disfrutar de una comida en familia sin preocuparnos de estos perros que sufren mucho con el calor, lo cual les agradezco profundamente. Deseando volver en cuanto nos sea posible. Gracias.
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