Llegamos la noche de un miércoles para pernoctar ya que veníamos bajando de Boquete. Me había guiado de las reseñas y fotos de una personalidad nacional y que el hotel era cómodo, bello, etc.
Sin embargo cuando llegamos el check in fue demorado aún cuando habíamos llegado pasado las 8 pm.
Llegamos cansadas y fuimos a la habitación a dejar las maletas, pero mi sorpresa fue encontrarme con una habitación muy decaída en mantenimiento.
Me hice la vista gorda de momento y nos fuimos al restaurante, para sumar otra experiencia desagradable, tuve que pararme de la mesa para pedir el totem para escanear el menú. Muy poco personal, éramos a lo sumo 5 mesas y solo 2 personas atendiendo que se notaba estaban copadas de trabajo. La comida buena, no memorable, pero algo que pudo haber tardado 1 hora como mucho duró 2 horas y poco más.
Regresamos a la habitación, a ducharnos y dormir, no pude hacerlo con tranquilidad de lo desaseado del baño, el secador de cabello sucio totalmente, por fortuna lleve unos pañitos húmedos y limpie lo que pude. La lámpara de la mesita tenía la pantalla rota, una caja de kleneex que se nota había sido usada varías veces, que no debe ser por tema de pandemia.
Al día siguiente el desayuno estuvo bien, pero cero aire de calidez de atención.
Dimos un rápido recorrido por las áreas del hotel, muy lindas, fografiables, es lo único rescatable. Una lastima un hotel con tanto potencial, pero en abandono.
Al momento del check out, pedí mi factura fiscal,. Pero me dijeron que me iban a enviar por correo, porque había hecho mi reserva por Expedía. Al día de hoy sigo esperando.
A mi regreso escribí a reservas para solicitar el correo de la gerencia general, sin embargo nunca me respondieron.
Definitivo no volveré y tampoco los recomiendo con mucho dolor.