Pequeño rincón a tiro de piedra de la manzana de los museos (un comedor arriba y otro abajo). Pocas mesas y sitio con sabor. Comida muy cuidada y con toque ecológico. Comimos un ajiote de pollo y un menú. Rico aunque no sé si inolvidable :-) Servicio rápido y atento.
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.