Llegamos al lugar, porque ya casi no había alojamiento disponible el Valparaíso. Pusimos GPS y partimos. Veníamos en automovil desde el norte y claro, entre tanta vuelta y subida y bajada, un poco perdidos sin saber donde estábamos, logramos llegar.
El entorno, ya nos dijo que estábamos bien ubicados y el hotel en si, resultó ser muy acogedor y con una ambientación que cuadraba con el motivo de nuestro viaje, un concierto.
A mi me tocó la pieza Pink Floyd y bueno, dormí muy bien ya que las camas son muy cómodas y bien aisladas
En el entorno, hay de todo, locales comerciales, restaurantes y bares donde encontrar un buen trago.
Así que es recomendable, salvo que no hay partimos, tal y como se anuncia.
El destino, sobrio pero adecuado.