Fuimos por una noche con mi pareja, elegimos la habitación colonial que nos dejó impresionados ni bien entramos al lugar. Nos prepararon la cama y la tina con rosas y pusieron el champagne para una noche romántica, todo estuvo espectacular. La atención del administrador y los empleados es muy minuciosa y cálida desde que te atienden por teléfono y más aún cuando estás en el lugar. Nos impresionó la limpieza y la detallada decoración de la habitación, nos transportó al Quito antiguo, a otra época.
Al día siguiente nos atendieron como reyes en el desayuno, muy buen buffet con comida variada. A parte uno puede elegir la preparación del huevo y acompañamientos.
Nos encantó el lugar, sin lugar a dudas lo recomendaría y volvería.Más
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