Muy bonito edificio colonial en centro histórico de Quito y dentro de dicho centro histórico, que es muy grande y algo abandonado, en inmejorable ubicación con cercanía a numerosos restaurantes de comida local con música en la calle y terrazas
El centro por la noche puede ser algo peligroso, tiene guardia de seguridad que vigila acceso por la noche y aporta confianza.
Local muy bonito y cuidado, habitaciones también decoradas con estilo colonial pero baños modernos y funcionales. Camas muy amplias y cómodas
A destacar los desayunos y la gran eficacia y atención perfecta en todo lo necesario por parte de personal