Quedamos muy satisfechos con este pequeño hotel. Sé que hay algunas opiniones negativas, pero habiendo estado ahí, puedo suponer que se deben a las habitaciones que les tocaron en suerte. Sí hay habitaciones cuyas ventanas dan al comedor, por lo que pueden ser ruidosas y oscuras. La sugerencia es pedir habitaciones en el segundo piso, con ventanas a la calle o al jardín. Son muy simpáticas, luminosas y pese a que la nuestra daba a la calle, para nada fue ruidosa, ya que el hostal está en una calle muy tranquila. Se escuchan sí, las voces de la gente que pasa abajo, pero no es algo que moleste demasiado. El desayuno es muy bueno, la atención de los chicos de recepción muy amable, todo muy simpático. Quizás lo único que echamos en falta fue un poco más de interés, consejos, sugerencias, etc. La dueña nunca apareció para darnos una atención más personalizada. Por lo demás, muy recomendable.