Adoré hospedarme en un hotel cuya historia inicia en 1854 y donde han ocurrido eventos cruciales para la historia de Panamá.
Su majestuosa escalera de madera, sus pasamanos labrados, los barandales de los pasillos, los revestimientos de cada estancia, todo en conjunto... hace soñar e imaginar las variadas épocas de este magnifico Hotel Central.
Es simpático ver cómo sus huéspedes posan en la gran escalera, sintiéndose quizás protagonistas de algo importante y secreto. Yo por supuesto hice lo propio.
Disfruté muchísimo encontrar en cada ambiente una ambientación musical en vivo! Y con un personal verdaderamente servicial, amable y atentos.
De la habitación no sólo la vista es privilegiada sino que la cama es simplemente perfecta.
Hasta tuve chance de ir a la piscina que está en la terraza. Es atemperada y con una vista de algunos de los edificios históricos del Casco Antiguo de Panamá. Sin dudas un lugar para descansar y repetir.